La infraestructura de carga de flotas es ahora un nuevo horizonte de ingresos

Si está dispuesto a invertir en vehículos eléctricos y en la infraestructura eléctrica, llegado el punto de inflexión eléctrico para el retorno de su inversión.
Las dos razones principales para que los operadores de flotas comerciales se pasen al eléctrico son la sostenibilidad y el coste total de propiedad, según un estudio de GreenBiz y UPS. Esto lo vemos en los argumentos comerciales y en los resultados finales de nuestros clientes una y otra vez. Lo que también hemos visto es un tercer motivo emergente que no solo está disponible para los operadores de flotas comerciales, sino también para los negocios minoristas y comerciales, y son las nuevas fuentes de ingresos que surgen con la venta de capacidad de las estaciones de carga de vehículos eléctricos.
En toda Australia, apenas acabamos de superar las 3000 estaciones de carga públicas. Aunque la falta de estaciones de carga instaladas ha sido un obstáculo para la adopción del vehículo eléctrico, el reciente apoyo del gobierno estatal y las iniciativas del sector privado darán lugar a una aceleración en la implantación de la infraestructura de carga. Hay demasiados factores sociales, económicos y medioambientales clave como para que no pase. Todavía queda un importante potencial de aumento en la infraestructura de carga con las crecientes necesidades, lo que supone un argumento convincente para las estaciones de carga como nueva fuente de ingresos.
Un ejemplo real en Alemania
ABB se asoció con Münchner Taxi Zentrum (mtz) en Alemania para estudiar los ahorros energéticos y los nuevos modelos comerciales para las pequeñas y medianas empresas. Ese estudio indicó una clara oportunidad para aprovechar la «energía latente» de la infraestructura de carga como nueva fuente de valor empresarial. El análisis examinaba el rendimiento de los 10 taxis Jaguar iPace de MTZ y de cinco estaciones de carga rápida ABB Terra 54 de CC de 50 kW. Comprobamos que, durante un solo periodo de 24 horas, las instalaciones de carga pasaban hasta 20 horas sin utilizarse. Como su precio estaba basado en la hora punta, no había ninguna penalización mientras la empresa operase por debajo de esa hora punta durante las 20 horas restantes. En otras palabras, había una capacidad de carga adicional total de más de 4000 kW/hora en un periodo de 24 horas que podía venderse sin coste adicional.
Sabemos que las empresas lograrán un retorno de la inversión (ROI) de calidad en un plazo razonable al hacer la transición al vehículo eléctrico. Lo que queremos fomentar es que las empresas exploren cómo pueden reducir el plazo de retorno de la inversión convirtiendo sus estaciones de carga en una oportunidad de ingresos aprovechando la capacidad no utilizada. Por ejemplo, MTZ disponía de 10 taxis eléctricos que utilizaban cinco cargadores con dos periodos de demanda máxima de carga antes de las horas punta de la mañana y la noche. Fuera de esas horas, se convertían en un recurso sin explotar.
El argumento para los ingresos de las estaciones de carga
La venta de la capacidad sobrante de las estaciones de carga como servicio en sí mismo ofrece una serie de aplicaciones. Por ejemplo, puede servir para los consumidores que desean un lugar cómodo para cargar su coche, o compartirlo con otras empresas que también están pasándose a una flota eléctrica. La venta de capacidad requiere unos costes de establecimiento modestos en procesos y tecnologías, como el seguimiento digital para medir el uso de los clientes y controlar su perfil energético. La clave es asegurarse de operar por debajo de su pico máximo y controlar las estructuras tarifarias.
Nuestro consejo es que recuerde que no todos los lugares son iguales. Lo que funciona en un sitio puede no funcionar en otro por factores como la cantidad de energía que pasa o la configuración de la distribución en el edificio. Para las organizaciones que buscan su argumento comercial, recomendamos encargar primero un estudio de carga y, luego, analizarlo comparándolo con un estudio de potencia de su edificio. A partir de ahí, como proveedor de cargadores, el método de ABB es trabajar con el instalador y el ingeniero para determinar la solución más eficaz según los objetivos de cada organización, y teniendo en cuenta tanto los requisitos futuros como los actuales.
Lo más importante es la capacidad de adaptarse a las condiciones cambiantes. Por ejemplo, la carga en pleno verano tendrá diferentes horas punta debido al uso de otros activos, como el aire acondicionado. Un sistema debe ser capaz de adaptarse a la estacionalidad. Luego, está la capacidad de adaptarse a los cambios en los factores que impulsan el negocio. Por ejemplo, algunos proveedores no siempre querrán facturar por la carga, como las tiendas que ofertan «20 primeros minutos gratis» para atraer a los compradores a su establecimiento. Y en todos los contextos, puede haber diferentes métodos de facturación, ya sea en función del tiempo o de la energía utilizada. La clave es limitar adecuadamente el tiempo que alguien está en el cargador y, al mismo tiempo, darle la máxima autonomía en el tiempo que tiene. Estas son algunas de nuestras prioridades.
Construir para el futuro
Además de estas consideraciones inmediatas, una de las principales prioridades es instalar tecnología de cargador que pueda actualizarse. Ahora tenemos soluciones modulares que empiezan con 90 kW y pueden ampliarse con el tiempo, siempre que el sistema de distribución pueda ampliarse también para soportarlo. Para una empresa que estudia cómo atraer ingresos de la carga, su siguiente pregunta debería ser cómo puede aumentar la capacidad a medida que crezca el flujo de ingresos. En lugar de excavar la calzada y tender más cables, lo ideal es un sistema de distribución modular soportado por un cargador actualizable (y un cargador preparado para múltiples tipos de baterías) de modo que ambos puedan atender la demanda futura.
Junto con la falta de infraestructuras de carga en Australia y el creciente número de vehículos eléctricos, los servicios de carga representan una gran oportunidad de negocio. Con unos precios bien pensados, es una oportunidad para generar una nueva fuente de ingresos que probablemente apoye a las empresas hasta que hayan alcanzado sus propios objetivos de retorno de la inversión, y probablemente antes de que la infraestructura de carga sea algo habitual. Para nosotros, la capacidad no utilizada es una oportunidad no aprovechada de obtener un valor nuevo y continuo.
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